He asistido varios años a esta fiesta, lo que muestro en este trabajo es la recopilación de alguno de ellos, normalmente llego a las ocho de la mañana y empiezo a recorrer las calles del lugar a visitar algunas casas y ver como van los preparativos finales, ver como van llegando los nuevos fotógrafos, que vienen con las respectivas escuelas y con esas ansias y ganas de fotografiar todo lo que se cruza en su camino, también se ve llegar a los grandes maestros que ya saben a lo que van y que es lo que quieren fotografiar, en un momento no sabes si hay mas fotógrafos que diablos, el calor es abrumador, debes mantenerte hidratado todo el tiempo. Ya cuando uno va varias veces sabes donde estarán ubicados los diablos con más experiencia, los más jóvenes y donde se reúnen en grupos. Sabes que cerca de las once de la mañana se agrupan en un perímetro de cinco calles de la iglesia. En un momento suenan las campanas y empieza una conmoción, ruido, danzas y alegría que llenan el lugar de energía, por un tiempo no paras buscas ángulos y lugares para fotografiar, tratas de no hacer la misma foto que los demás y así como todo arranco, de un golpe llega una calma y todo se apaga, la gente descansa y se refresca, la mayoría se empieza a retirar, aun que la fiesta empieza nuevamente un poco mas tarde y solo algunos se quedan para disfrutarla.